Recuerdos.
"No supo de donde sacó la fuerza para olvidarse del amor de su vida si es que aún podía llamarlo así. Jungkook apenas era un cuerpo vacío, todo se había juntado y él no estaba listo para recibir esos golpes.
La depresión que vino luego de la muerte de su padre y el engaño de su novio hicieron que perdiera toda atención sobre él. De no ser por su madre, su nana y sus dos mejores amigos, Jungkook quizás estaría en algún lugar del cementerio junto a su padre, a tantos metros bajo tierra.
Le duró unos meses condensarse a la autocompasión. Totalmente negado a leer la carta que su padre le había dejado. Tenía miedo.
Comenzó a hacerse cargo de la empresa, todo lo que había aprendido ahora estaba dando resultados. Tenía que ver por el bienestar suyo y más que todo, el de su madre.
Había empezado a organizar todo, gracias a uno de los amigos de su padre quien le aconsejaba logró estar al mando un tiempo después de que se leyera el testamento de su progenitor. En donde lo hacía el único heredero y responsable de su madre.
Tenía el apoyo de su madre, de sus mejores amigos y su nana, quien se fue a vivir con él hace dos semanas. Ya que decidió vivir solo, así le daría espacio a su madre y se lo daría él.
Necesitaban que los dos pudieran expresar su dolor, pero era difícil ser el fuerte mientras uno de ellos se desmorona.
Haesul aceptó, pues se tomó un tiempo para ella y poder visitar a su familia en el extranjero. Necesitaba distraerse.
Estaba en su nueva oficina, esa que alguna vez fue de su padre. Vio la puerta abrirse dejando ver a su secretaria quien le anunciaba la llegada de su novio.
Jungkook se tensó un momento, desde el día del funeral de su padre no lo había visto, pues cuando fue a buscarlo se encontró con él siéndole infiel.
—¡Hola bebé! —saludó Joonho como si nada hubiese pasado.
—¿Qué quieres?
—¿Perdón? ¿Desde cuándo eres así de cortante conmigo?
—¡No te hagas! Han pasado tres meses desde que no te veo, ¿dónde estabas? ¿Seguías besándote acaso con ese otro tipo? —dijo aún con resentimiento.
—No sé de que hablas bebé, ven aquí y dame un beso.
—¿Tres meses después? ¿En serio Joonho?
—¿Qué querías? Tú estabas muy sensible, solo quería darte espacio.
—No es necesario que sigas mintiendo, yo te vi, de seguro estuviste con él, ¿no?
—Deja de hacerme esta escena bebé, ven aquí
—¡Lárgate! No quiero verte nunca más.
—¿Acaso tus padres te dijeron que me echaras? Dime Jungkook, ¿ya sabes que soy pobre acaso? Te haces dueño de todo esto y decides dejarme... ¿ese era tu amor por mi? —habló alzando la voz perdiendo la paciencia.
—¿De qué mierda hablas? Ni siquiera pudiste decirme la verdad del porqué estabas esa noche de mesero, ¿qué más escondes?
—¿Quieres saberlo? Pues resulta que jamás he sido de familia adinerada pero eso lo sabías, ¿no? Tus padres de seguro te lo dijeron, ni creas que no escuchaba cuando hablabas con los idiotas de tus amigos.
—Sé directo.
—Cuando le dijiste que tus padres querían casarte con una hija de su mayor socio, por dinero, ¿recuerdas? Dijiste que querías casarte conmigo pero no sabías si tenía el suficiente ingreso para mantenerte a ti.
—Es cierto, me habían hablado de ella y también es cierto que dije eso, porque no conozco a tus padres, ¿de qué has vivido?
—Mejor dicho de quien... eres muy tonto.
Jungkook lo miró con la decepción reflejada en su rostro entendiendo a que se refería.
—Puede que no tengas dinero pero jamás hubiese puesto el interés económico de tener una buena vida a la que estoy acostumbrado por encima de mis sentimientos por ti, porque creí que lo que teníamos era amor.
—Eres tan ingenuo, ¿en serio crees que yo iba a enamorarme de ti?
—¿Fingiste todos estos años?
—Jungkook, eres patético... no eres más que un chico rico que piensa puede tener todo.
—Yo si te amaba.
—Corrección, me amas aún. ¿Quieres casarte conmigo todavía bebé? Estoy seguro que seremos felices.
—¡Eres un traidor! El día que más te necesitaba, fui a buscarte luego del funeral de mi padre, ¿y tú qué? Besándote con alguien más ¿Qué quieres?
—A ti por supuesto, eso no es traición bebé, tan solo fue un beso.
—¡Cínico! Exijo que te largues de aquí ahora mismo —Joonho quiso acercarse a él pero Jungkook fue más rápido alejándose—. Por sino quedó claro, tú y yo terminamos, no quiero volver a verte jamás, ¿entiendes? —el castaño no perdió el tiempo y le avisó a los de seguridad que se llevarán a su ex novio, prohibiendo su entrada inmediatamente.
Se abrazó a sí mismo, sus amigos llegaron cuando se dieron cuenta de la presencia de Joonho.
Sus amigos como siempre lograban calmar su llanto. Durante esos tres meses de sobrellevar su luto y un corazón roto, lloró hasta el cansancio.
Así que esta vez lo único que le pidió a sus amigos fue que lo acompañaran a un bar. Trago tras trago lo hacían olvidar por un instante su miserable vida.
No supo en qué momento tenía jadeando a un chico extraño sobre las paredes húmedas del bar. El chico intentó besarlo pero logró mantener la distancia agarrando su mandíbula y apretando levemente para que este lo viera fijamente a los ojos.
—Ni se te ocurra besarme, después de esta noche no quiero que me busques más —dijo en un tono serio e indiferente.
Entraron al baño del lugar en donde se liberó de sus ropas haciendo que el tipo desconocido le hiciera una mamada mientras él lo tomaba de sus cabellos. De un momento a otro, el otro hombre estaba gimiendo mientras era penetrado por el ojiazul.
Se sintió tan bien, sonrió por lo bueno que era ser el que hiciera gemir a otros. Definitivamente su rol había cambiado.
Ambos se corrieron, miró su semen escurrir por las piernas del chico y como este se pegaba a la pared tratando de regular su respiración. Así que mentalmente se dijo que de ahora en adelante iba a follar sin compromiso pero en un lugar más cómodo.
Y claro que ese sitio era uno de los hoteles de su padre.
Desde esa noche Jeon Jungkook decidió lo que quería para su vida. Iba a olvidar al amor más grande de su vida quien en traiciones y con un enorme secreto le había destruido el corazón. No volvería a enamorarse, no volvería a besar y mucho menos volvería a frecuentar con una sola persona.
No fue hasta que dos meses después conocería a Kim Yugyeom. Uno de los amigos de Namjoon, por quien Jungkook parecía bastante interesado, pero su orgullo y sus reglas lo hacían siempre poner límites.
Claro que quería llevarlo a la cama, pero no podía hacerlo ya que el chico le gustaba un poco y sabía bien que crear un vínculo es lo que menos deseaba en ese momento. Así que por más que Yugyeom le llamara la atención, no lo tentaba lo suficiente para hacer algo más.
Si tan solo hubiese sabido que dos años después las cosas iban a salirse de sus manos. Que conocer a cierto rizado lo haría romper todas esas reglas que se había hecho todo este tiempo.
Si tan solo hubiese sabido que iba a enamorarse perdidamente de Jimin. Lo hubiese buscado desde esa misma noche en que apostó por jamás entregar su corazón."
Recordar no estaba en sus planes de este día, revivir todos esos momentos en que su vida parecía estar de color negro siempre lo harían ser alguien vulnerable.
Y ahora se encontraba aún en su oficina, lágrimas secas en su rostro, siendo acariciado por unas manos que no eran la de su ser amado.
—Puedes irte Yugyeom, estoy bien.
—Tuviste una crisis, no sé que sucedió pero no pienso dejarte solo.
—Estoy bien, ya pasó, ¿qué hora es?
—Son las nueve de la noche Kookie, te quedaste llorando mucho tiempo.
—Mierda —revisó su celular y notó la cantidad de llamadas que tenía perdidas de Jimin—. Tengo que irme a casa, gracias por quedarte pero no tenías que hacerlo.
—Sabes que me importas, acepta de una vez que puedo ser bueno para ti.
—Yugyeom, no es momento.
—Solo quiero que recuerdes que me gustas Jungkook, podemos tener algo lindo, algo entre nosotros, sé que no me eres indiferente, te gusto, desde mucho antes.
—Eso fue pasado Yug, pasado que no quiero de vuelta, no sé que hacer para que lo entiendas.
—¿Hay alguien más?
Jungkook lo miró con cansancio, no estaba de humor ni de ánimos para aguantar las escenas del otro. Creyó que era momento de ser honestos y mostrar que él sí tiene interés en cierto rizado.
—Si hay alguien, ¿lo entiendes ahora?
—¿Qué? No, no es posible, yo te gusto, Namjoon me llamó por eso, para estar a tu lado y...
—Namjoon no debió hacer eso, te debe una disculpa por involucrarte de este modo, pero no puedes culpar a nadie de mis sentimientos, por favor vete a tu casa y hablamos luego.
—¿Es el chef?
—Yugyeom, hablamos luego.
—Dime, ¿es él?
—Si, es él, es Jimin de quien estoy enamorado —confesó sintiéndose tranquilo de decirlo en voz alta.
El chico claro que no reaccionó bien, la bofetada que le dio al castaño fue una muestra de lo inconforme que estaba.
—De acuerdo, bien, no volverás a saber de mi Jeon, espero que no te arrepientas de tu estúpida decisión —dijo saliendo de la oficina.
Jungkook tan solo suspiró y salió de la empresa, condujo hasta su casa y se encontró con un rizado muy preocupado.
—¡Hasta que al fin! Estaba tan angustiado, ¿Estás bien? Kook, por favor responde ese maldito aparato cuando te llame —dijo abrazando al castaño quien tan solo suspiró el aroma de su amante.
El rizado se separó bruscamente al reconocer ese perfume. Claro que lo ha estado oliendo cada vez que ve a cierto hombre y eso solo confirmó lo que la secretaria del castaño le había dicho cuando llamó preguntando por el ojiazul.
—¿Estuviste con él? —preguntó sintiendo algo en la boca de su estómago.
—Jimin, yo puedo explicarlo —respondió sabiendo a que se refería.
—Estuviste con Yugyeom, por eso no venías y tampoco respondías —afirmó abrazándose a sí mismo.
—No, o sea si fue así pero te prometo que no pasó nada.
—Está bien Jungkook.
—Confía en mi.
—¿Confiar? Si, seguramente tú harías eso si fuese el caso contrario, supongo que vienes cansado, ¿no? ¿Qué tanto follaron?
—¿Por qué me reclamas? Ni siquiera somos pareja para que me hagas esta escena —dijo molesto perdiendo un poco la paciencia, había tenido un mal día y se había descargado contra la persona menos indicada, respiró profundo y se arrepintió de lo que había dicho—. Lo siento, no debí decir eso, solo créeme que no pasó nada.
—No es algo que sea de mi incumbencia, ¿no? Solo soy un amante de tantos que calientan tu cama —respondió, su voz rompiéndose a lo último, quería llorar pero no dejó que sus lágrimas cayeran, no ahí.
—Jimin, basta por favor, sabes que no es así.
El ojiverde tan solo asintió queriendo convencerse que eso no había dolido.
—Yo... iré a acostarme, tu comida ha de estar fría, pero puedes calentarlo en el microondas.
—Jimin.
—Por favor... solo quiero acostarme.
Jungkook vio como su amante caminaba cabizbajo hasta la habitación. No lo culpaba, realmente tenía todo en su contra para que pensara que algo más había sucedido.
Caminó lentamente luego de guardar su comida, pues no tenía apetito y tampoco quería que se arruinara lo que el menor había preparado, dándose cuenta que Jimin tampoco había comido.
Vio al rizado hecho un ovillo entre las sábanas, lo escuchó limpiar su nariz suavemente evitando que se oyera que estaba llorando. Se sintió tan mal, solo quería poder estar bien y recuperar la felicidad que había demostrado en la mañana.
—Fue un mal día —logró decir evitando llorar, entrando en la cama luego de despojarse de su ropa, abrazó al más bajo colando sus manos por su cintura y acercándolo más a él—. Discúlpame, no debí expresarme así.
—No tienes que explicar nada, está bien Jungkook.
—Quiero que estemos como en la mañana, ¿podemos? Quiero ser tu Kook, no Jungkook —pidió dejando un beso en el hombro desnudo de su amante.
—Solo estaba preocupado, llamé a tu secretaria y dijo que él había estado en tu oficina tanto tiempo, cuando fue a buscarte para avisarte que ya se iba, Yugyeom salió y le dijo que estabas ocupado, lo vio en no condiciones decentes.
—Puedo contarte que sucedió.
—No respondías mis llamadas, no venías y cuando llegas hueles a él —habló ignorando al otro, suspiró y se giró para ver el rostro de Jungkook.
—Amo saber que me celas, pero por ahora quiero que confíes en mi, ¿puedes? —dijo mientras dejaba un suave beso en la mejilla del rizado.
—¿Puedo celarte siendo solo tu amante?
—Sabes que eres más que eso, lo sabes, sé que si, por todo lo que hemos hecho.
—¿Ser cariñosos?
—Ser hogareños Jimin.
—Hogar... —susurró, cerrando sus ojos acordándose de las palabras de su madre—. Eres mi hogar —afirmó.
Jungkook recordó esa noche en el auto, cuando Jimin le contó lo que su madre pensaba del hogar. Sonrió ampliamente y se atrevió a besar al menor. Se quedaron un momento en silencio, simplemente abrazándose.
—Hoy fue mi ex pareja a la oficina —dijo después de un rato en silencio, Jimin lo miró confundido pero no interrumpió—. Hacía más de dos años que no lo veía, no lo sé.
—¿Quieres hablar sobre eso? No necesitas explicarme nada.
—Quiero hacerlo, quiero contarte que ha sido de mi antes de encontrarte.
—Kook, no lo hagas porque yo hice eso, no estás obligado.
—Quiero empezar de cero, quiero poder ser yo mismo con alguien, que me conozca y que al final del día pueda aceptarme, ¿sabes? No quiero mentiras, quiero poder irme a dormir y despertar sabiendo que seguirán ahí conmigo.
—¿Crees qué soy yo ese alguien?
—Espero que si, te he dicho lo que siento por ti, quiero que me conozcas y que al final del día seas honesto conmigo y me digas si aún te interesa compartir más que una cama conmigo.
—Kook, creo que es muy obvia mi respuesta —dijo enrollando sus manos atrás del cuello del castaño.
—¿A qué te refieres?
—Yo también.
—No entiendo... ¿tú también qué?
El rizado tan solo sonrió, besó sus labios y lo dijo —Te amo.
Jungkook lo miró unos segundos queriendo buscar alguna pizca de duda en sus ojos, pero no había nada más que seguridad y calidez.
—¿Lo dices de verdad? ¿Estás consciente de eso?
—Lo estoy, esperaba decírtelo hasta este fin de semana pero siento que este momento es el correcto.
—Entonces es mutuo —dijo con mucha alegría el ojiazul.
—Sip, solo teníamos que hablarlo.
Jimin notó la alegría de su amante y supo entonces que había hecho lo correcto. Es con Jungkook donde pertenece. El ojiazul comenzó a besarlo apasionadamente, mientras sus manos recorrían cada rincón del cuerpo del rizado bajo él.
—Detente Kook, no quiero que hagamos algo mientras tú te sientes mal, estás triste amor, ibas a contarme acerca de tu vida pasada y quiero que sepas que voy a escucharte.
El castaño tan solo asintió.
—¿Quieres cenar? Puedo calentar la comida —habló nuevamente.
—¿Por qué no habías comido tú? —preguntó de vuelta.
—Estaba esperando por ti.
—Lamento eso, todo se complicó... tuve una crisis y se me pasó la hora.
—Ven, mientras sirvo de comer tú me cuentas que sucedió, ¿está bien para ti?
—Jim...
—¿Si?
—Gracias.
Caminaron a la cocina, Jimin se encargó de buscar la comida y calentarla mientras Jungkook le contaba acerca de su padre, su vida en la universidad, de cuando conoció a Joonho, de la muerte de su progenitor, la carta que aún no se atreve a leer, de como sus amigos lo apoyaron, de cómo llegó a conocer a Yugyeom y de cada detalle de su antigua vida, le contó acerca de un Jungkook antes de conocer a Jimin, también de Jeon desde que Park llegó a su vida.
Esta vez fue Jimin la cuchara grande a la hora de dormir, pues quería hacerle sentir a Jungkook que él también puede ser él quien reciba sus caricias y no ser el fuerte de la relación. Por esa noche, el mayor durmió entre los brazos del más bajo sintiéndose protegido, sintiéndose amado.
✧✦✧
El fin de semana más esperado por Jimin había llegado. El día en que iba a inaugurar su propio restaurante.
Estaba tan emocionado, tan feliz y orgulloso de poder tener lo que tanto ha querido.
Todo estaba saliendo bien. Tenía a su familia, a sus amigos y a Jungkook, por supuesto que se sentía dichoso este día.
Todos estaban en Boseong, cada uno ayudando en lo que podían para que la noche fuese una velada increíble.
El día parecía ir tranquilo, cada cosa en su lugar y cada persona en donde pertenecía. En especial Jungkook y Jimin, quienes tenían una breve sesión de besos en el auto del castaño.
—No quiero que se acabe este día —dijo en medio del beso el castaño.
—Esta será una buena noche, al fin podré inaugurar mi restaurante.
—Lo sé y estoy orgulloso cariño, no sabes cuanto, pero voy a extrañarte, a partir de hoy te quedas aquí.
—También voy a extrañarte, pero nos veremos los fines de semana, ¿está bien eso para ti?
—Acepto todo con tal de tenerte, espero que no me cambies por alguien de aquí.
—Eres bobo, jamás haría eso, en cambio tú tienes más posibilidades de conseguir a alguien en Seul.
—¿Y cambiar a quién me hace de comer? ¡Estás loco! —bromeó.
—¿Solo por eso estás conmigo Jeon?
—Realmente si, me has descubierto.
Jungkook acarició la mejilla del rizado quien gustoso aceptaba sus mimos. Se admiraron tan solos unos segundos antes de unir nuevamente sus labios.
—Sino nos detenemos, llegaremos tarde.
—No me quiero separar de ti.
—Solo es un momento, hoy es la gran noche —dijo el ojiazul, sonriendo muy feliz de poder disfrutar de Jimin, de poder estar en momentos especiales con él.
Quien diría que una sola noche de sexo sin ánimos de repetir se convirtiera en uno de los sentimientos más puros, en amor.
El castaño condujo hasta el restaurante, iban a ver los últimos detalles antes de irse a la casa de los Park para alistarse.
Jimin bajó primero mientras Jungkook se estacionada. Entró y miró todo a su alrededor, se veía demasiado bonito, tal y como alguna vez lo imaginó.
Se giró al escuchar que Jungkook iba entrando, su sonrisa fue tan radiante que hizo latir rápido el corazón del ojiazul. Jeon llevaba en sus manos una pequeña caja de regalo.
—Esto es para ti.
—¿Si? No tenías que molestarte en serio.
—No es una molestia, ábrelo ahora —pidió entregando el obsequio.
Jimin lo tomó con cuidado, se sentía nervioso y muy feliz. Quitó la cinta y abrió la caja, apretó con sus dientes su labio inferior, mostrando sus hoyuelos gracias a su sonrisa.
—Hoy empiezas una nueva etapa, Sooyeon me dijo que usaste este mandil la primera vez que cocinaste en la academia a la que fuiste, dijo que saliste sonriente y decidido a ser el mejor chef, me mostró la foto de ese día y lucías radiante, justo como ahora mismo —hablaba mientras acariciaba las mejillas del menor quien estaba evitando llorar en ese instante—. Me comentó que se había roto así que lo mandé a remendar para ti, porque es algo que muestra tus inicios, ahora tienes este lugar para demostrar que si te has convertido en el mejor chef del mundo —Jungkook besó sus labios mientras acariciaba sus hombros.
Jimin tan solo suspiró, no sabiendo que decir exactamente. Ese mandil se lo había regalado su madre cuando le confesó que amaba cocinar, fue el que usó cuando inició la academia de artes culinarias. Pero cuando comenzó a ser mesero, lo dejó a un lado y en un descuido tirón de él hasta romperlo.
Sus emociones se sienten como juegos artificiales encerrados en su estómago. Jungkook es alguien detallista, hace de cada momento algo especial.
¿Cómo no iba a enamorarse de él? Su estilo de vida de solo sexo, acabó desde que se sumergió en el azul profundo de sus ojos y en como calmó su sed el besar sus labios.
Honestamente jamás creyó estar viviendo lo que tiene ahora mismo. Su propio restaurante, a su familia completa, a su mejor amigo y a sus nuevos amigos, y por supuesto que al amor de su vida en este instante, a Jeon Jungkook.
Jimin miraba al mayor con adoración, no habían palabras exactas para agradecerle pero Jungkook no lo necesitaba, sabía que su amante estaba feliz y eso era todo lo que deseaba para ese día. El rizado se abrazó a él, se aferró temiendo soltarlo y que desapareciera.
—Gracias por ser como eres, sinceramente eres como un maldito príncipe de esos estúpidos cuentos de hadas —dijo, su rostro estaba pegado al pecho del más alto quien acariciaba su espalda lentamente, sabía que el ojiverde estaba sensible.
—Y tú eres el amor que el príncipe busca, ¿sabes? Nos complementamos muy bien, y no creas que es mi único regalo, el otro se encuentra afuera.
—¿Qué? ¿Hay más?
—Sip, así que ven.
Jungkook tomó la mano del rizado y salieron del lugar, los ojos del ojiverde se abrieron en sorpresa y comenzó a negar.
—Ni loco, ¿cómo se te ocurre? No, definitivamente no, es mucho.
—Te lo dije, y yo cumplo, así que mi vida, este es tu nuevo auto y él es Minho, tu chofer.
—¡No! Kook, ¿estás consiente? Es demasiado.
—Mira, hazlo por mi, ¿bien? No estaré aquí para ayudarte, Taehyung no estará acá para ayudarte y tu padre tiene su empleo que no puede dejar por atenderte en alguna emergencia, ¿okay? Me dijiste te daba miedo conducir así que Minho está a tu disposición.
—Pero Kook...
—No quiero que lo rechaces, estaré tranquilo sabiendo que alguien de mi confianza cuidará de ti, son cuatro días enteros donde no podré verte, sin contar que a veces tendremos trabajo extra, no sé cómo vamos a funcionar pero quiero intentarlo Jimin.
—Siento que nada es real... ¿puedes pellizcarme?
—Te daré algo mejor, un beso, así sabrás que todo es real —Jimin tan solo sonrió dejando que el castaño lo besara con tanta devoción, como que si nunca tuviera suficiente de él.
Eran como dos aves azules en medio de la primavera, haciendo con sus alas un paraíso, en donde siempre volarían a donde el otro está porque son su hogar. Son el sentimiento de calidez que los envuelve a tenerse cerca.
—Estoy enamorado de ti —confesó en voz baja Jimin, cerca de sus labios.
—Y yo lo estoy de ti —susurró Jungkook mientras sonreía, provocando arruguitas a los costados de sus ojos.
Ninguno de los dos fue consiente de los tres pares de ojos que los observaban, dos de ellos con indiferencia y uno con los odio.
Yugyeom, Dongwook y Kai, estaban estacionados a cierta distancia, observando cada movimiento de los chicos. El coraje de Yugyeom estaba pasando los límites, quería bajarse del auto y abofetearlos a los dos, pero era Kai quien lo mantenía con cordura.
Los vieron subirse al auto de Jungkook, los dos se marcharon y detrás de ellos Minho.
Yugyeom golpeó el volante muy enfadado
—Van a pagarlo caro.
—Aún no entiendo, ¿qué les hizo Jimin? Se nota que ellos están enamorados, ¿estás seguro son solo amantes? —cuestionó nuevamente Dongwook.
—¡Ya te dije que si! Ese imbécil se metió en mi relación con Jungkook, pero no me voy a quedar así, se nota que solo quiere su estúpido dinero.
—¿Y tú qué? —preguntó nuevamente viendo a Kai quien solo se encogió de hombros restándole importancia.
—Por culpa de ese rizadito perdí de estar con mi jefe, ¿qué? Simplemente ha sido mi amor platónico.
—¿Sólo por eso? Pero y entonces, ¿por qué trabajan juntos? Es decir, Yugyeom, ¿no estás celoso de Kai?
—¿Tú crees qué dejaré se acerque a Jungkook? Claro que no, es tan solo de ayuda, lo sabe. A los dos les estoy pagando muy bien por su estúpida ayuda, así que no me fallen, y ya tengo un plan para esta noche, le daremos un buen regalo por su restaurante —se burló.
Los otros dos chicos tan solo intercambiaron miradas sin decir más nada, pues poco a poco Yugyeom parecía querer asesinar a Jimin con sus propias manos.
Él tenía un plan, lo pensó tanto y quería arruinar la velada de Jimin. Pues en su interior solo había envidia y egoísmo.
El reloj había iniciado con su tic tac y la cuenta regresiva a la gran noche había comenzado.
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